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Cómo se hace una marca personal transformadora

September 18, 20253 min read

Las grandes marcas hacen mucho más que vender productos o servicios. Cambian la forma en que vemos un problema o en que soñamos con una posibilidad. Al hacerlo, abren la puerta a la transformación. Patagonia, por ejemplo, ha redefinido el acto de comprar ropa: ya no es solo una cuestión de gusto o de precio, sino una elección consciente con consecuencias para el medioambiente. Starbucks ha cambiado la idea de la cafetería, convirtiéndola de un lugar de paso rápido en un “tercer lugar” acogedor donde la gente pasa tiempo, se conecta y crea momentos. Entre las marcas personales, Simon Sinek transformó nuestra comprensión del liderazgo. En lugar de ver al líder como alguien que empuja a las personas hacia el rendimiento, nos invitó a verlo como la capacidad de inspirar, motivar y ayudar a que cada persona crezca.

Lo que une a estos ejemplos es su capacidad de desafiar las visiones establecidas. Ese es el papel esencial de cualquier marca personal que aspire a ser transformadora.

Desafiar visiones como acto de transformación

Para crear transformación, una marca personal debe estar dispuesta a confrontar las creencias de su audiencia. Sinek es un ejemplo claro. Cuestionó la creencia tradicional de que el liderazgo consiste en autoridad, control y en extraer resultados. Ofreció una visión diferente: el liderazgo como una relación de confianza que permite a las personas iniciar su propio camino de crecimiento.

Desafiar visiones no es fácil. Supone pedir a la gente que abandone lo que creía cierto. Les invita a imaginar nuevas posibilidades. Y ese paso siempre exige un cambio interior. A veces es pequeño, otras veces es profundo, pero siempre implica una transformación personal. Una marca con propósito transformador debe, por tanto, saber acompañar a su público en este camino exigente.

El conflicto como paso hacia la transformación

Joseph Pine y James Gilmore, en La economía de la experiencia, describieron la progresión del valor económico: de las materias primas a los productos, a los servicios, a las experiencias y finalmente a las transformaciones. La transformación está en la cima porque cambia a la persona misma. El público no solo queda satisfecho, sino que sale distinto del encuentro.

Pero, ¿cómo ocurre este cambio? Aquí la teoría del relato nos da la respuesta. Toda historia, desde los mitos antiguos hasta las películas modernas, se mueve gracias al conflicto. Sin conflicto no hay movimiento, no hay tensión y no hay necesidad de cambio. La narrativa también nos muestra que existen dos tipos de conflicto:

  • Conflicto externo, el obstáculo visible, como la oposición, la escasez o el peligro

  • Conflicto interno, el obstáculo invisible, hecho de dudas, miedos y contradicciones dentro de la persona

Las marcas personales más poderosas trabajan especialmente con el conflicto interno. Sostienen un espejo ante su audiencia, la obligan a enfrentarse a sus propias contradicciones y límites, y al mismo tiempo señalan un camino de resolución.

Ejemplo: Banksy y el arte de la provocación

Pensemos en Banksy, el artista callejero anónimo. Sus plantillas no se limitan a decorar muros. Provocan. Nos enfrentan a las contradicciones de la política, el consumismo y la protesta. Un niño cacheando a un soldado, una niña alcanzando un globo o un manifestante lanzando flores son imágenes que interrumpen nuestras certezas. Banksy nos obliga a hacernos preguntas difíciles: ¿qué pensamos sobre el poder, la rebeldía o la conformidad? Su arte genera conflicto interno en quien lo contempla. Al hacerlo, ha transformado nuestra forma de pensar sobre el arte mismo: no como decoración, sino como crítica y como llamada a tomar postura.

El poder de desafiar

Una marca personal que aspire a ser transformadora debe atreverse a desafiar. Debe estar dispuesta a situar a su público frente al conflicto, tanto externo como, sobre todo, interno, y luego acompañarlo en el proceso. Solo así es posible mover a las personas de una experiencia a una transformación, el nivel más alto en la pirámide de Pine y Gilmore.

La lección es clara. Sin conflicto no hay cambio. Y sin cambio no hay transformación. El poder de una marca personal transformadora reside en guiar a su audiencia en ese paso: de la certeza a la duda, de la duda al descubrimiento y del descubrimiento al crecimiento.

Ayudo a organizaciones y líderes a ganar claridad y definir su estrategia de éxito en momentos de transición o crecimiento - Brand strategist. Personal branding. Profesor en Esade. Autor.

Giuseppe Cavallo

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