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Marca personal para líderes “polyworkers”: cómo gestionar múltiples identidades profesionales

Cada vez más directivos y emprendedores adoptan lo que Harvard Business Review denomina “polyworking”: combinar cargos de liderazgo con puestos en consejos de administración, inversiones ángel, asesorías estratégicas e incluso docencia o mentoría. Estos profesionales no están dispersos: están estratégicamente diversificados. Y sin embargo, a menos que tu audiencia perciba el patrón que conecta tus actividades —y no solo la lista de tus roles— tu influencia puede verse afectada. Aquí aparece el verdadero reto de la marca personal: ¿cómo gestionar múltiples identidades profesionales sin diluir tu credibilidad?

El mito de una sola identidad

El mundo corporativo sigue aferrado a la idea de que una marca personal debe ser única, pulida y coherente. Ese modelo funcionaba cuando las trayectorias eran lineales y los roles estaban claramente definidos. Pero los líderes polyworkers se mueven en una realidad distinta: dinámica, multiplataforma y a menudo multi-industria.

El consejo tradicional (“sé claro, sé coherente”) corre el riesgo de volverse simplista. Para quienes operan en varios contextos, la coherencia no significa uniformidad. No todo lo que haces debe parecer lo mismo, pero sí debe tener sentido dentro de un conjunto mayor.

El riesgo: dilución de marca o confusión estratégica

Tener múltiples roles puede generar ruido. Sin una narrativa sólida, la gente puede no entender quién eres realmente:

  • ¿Eres CEO de una fintech o inversor en transición climática?

  • ¿Eres estratega corporativo o mentor de impacto social?

  • ¿Generas valor para accionistas, para emprendedores emergentes, o para ambos?

Si tu marca carece de claridad, tu audiencia —y tu influencia— se fragmenta. Peor aún: puedes ser percibido como oportunista o disperso.

La solución: construir una meta-identidad

La meta-identidad es la capa estratégica que unifica todos tus roles. Es el concepto central que aporta coherencia a todo lo que haces. Piensa en ella como el “por qué” detrás de tu portafolio profesional.

Tu meta-identidad responde a preguntas como:

  • ¿Qué dicen todos tus roles sobre ti?

  • ¿Qué perspectiva única aportas en distintos contextos?

  • ¿Qué valor añadido aporta la diversidad de tus actividades? ¿Cómo amplía tu visión, agudiza tu criterio o refuerza tu impacto? ¿Qué sinergias surgen al conectar puntos entre sectores, funciones o disciplinas?

Cuando las personas comprenden tu meta-identidad, dejan de preguntarse “¿por qué está también en eso?” y empiezan a decir “claro que está en eso, tiene todo el sentido.”

Cómo articular tu meta-identidad

Seamos prácticos. Aquí tienes cuatro pasos para clarificar tu meta-identidad y promoverla con coherencia:

1. Define tu intención estratégica personal

¿Cuál es la gran idea que conecta tus proyectos? Puede ser:

  • La regeneración como visión del mundo (como algunos líderes del agro sostenible)

  • El empoderamiento del marketing digital ético (para quienes navegan entre tecnología, políticas y valores)

  • La construcción de empresas prósperas con impacto (desde consejos hasta mentorías e inversión)

Escríbela. No es un eslogan. Es tu brújula interna.

2. Usa un tono coherente en todas tus plataformas

No necesitas hablar de todo en todas partes. Pero cuando lo hagas, que tu voz tenga el mismo tono: riguroso, curioso, visionario, pragmático. Así es como la gente te reconoce.

3. Desarrolla historias distintivas para cada rol

Las historias son el pegamento. Sirven para mostrar cómo tus distintos compromisos responden a una misma misión. Tus signature stories ayudan a tu audiencia a conectar los puntos.

Por ejemplo: “Mientras asesoraba a una aceleradora, comprendí que los mismos principios que aplicamos en el consejo de administración podían acelerar la innovación temprana—si se aplicaban con empatía.”

4. Gestiona tu visibilidad de forma estratégica

No necesitas promover todas tus actividades por igual. Prioriza en función de tus objetivos estratégicos. Si tu futuro pasa por una mayor presencia en consejos y menos en liderazgo operativo, eleva la narrativa sobre tu trabajo como consejero.

No eres una suma de títulos

Eres el arquitecto de un sistema. Cuando tu marca personal consigue mostrar ese sistema —cuando los demás comprenden el patrón, no solo las partes— dejas de ser simplemente un “polyworker” y te conviertes en un referente con alcance.

El polyworking no es una amenaza para tu marca. Es una oportunidad para elevarla—si la gestionas con coherencia, no con conformismo.

 
 
 

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